He entrevistado alrededor de cien activistas dedicados a lxs animales en su hábitat, animales utilizados en laboratorios, al veganismo y/o a los animales que forman un hogar con humanos.

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Aula de Mar, Birdwatching Chile y Revista Trile, por ejemplo, se dedican a la difusión, estudio y protección de seres no humanos en la naturaleza. Sí, varios dirán que son medioambientalistas. Claro que lo son, pero están trabajando por los animales, y eso es lo que importa. Sus grandes reclamos son falta de legislación que proteja a estos animales, y la destrucción de sus tierras sea por la minería, agricultura, forestales, y expansión de asentamientos urbanos.

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La experimentación en animales está extendida en casi todo producto (sí, ese limpiahornos también). Algunos de sus ejecutores son universidades, empresas de cosmética, perfumes, y farmacéuticas. No Mas Vivisección y Te Protejo trabajan para eliminar esta violenta práctica. ¡No olvidemos a Cristian Apiolaza y sus compañerxs que cerraron el bioterio de primates de Universidad Católica! En nuestro país está dormido, era que no, el proyecto de ley para terminar el testeo para fines cosméticos.

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Aunque el veganismo deba vencer al machismo ("comer carne es de hombres"), adulación a la carne ("los asados") y desconocimiento sobre su aporte nutricional "¿y la proteína?"), hay más opciones veganas en el comercio que hace unos años atrás. Hay activismo impactante, como las vigilias de Save Movement, la canción "Vegan Control"; de Kiltrak y el florecimiento de los santuarios. ¡Tampoco debemos olvidar las filmaciones de explotación animal de Elige Veganismo!

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Los perros, gatos y otros compañeros animales, son abandonados procreándose infinitamente. Sin embargo, se ve un avance con más animales adoptados, ley Cholito y el proyecto de ley contra las carreras de perros, y con la petición, cada vez más fuerte, que los animales no deberían ser vendidos. Esto es gracias a las agrupaciones o individuos que rescatan, esterilizan y educan a la población, como Albergando un Amigo, Coaama y Corazón de Gato.

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Finalmente, como todo movimiento de justicia social, no está exento de fisuras internas, una de las más grandes es que se cuestione a los activistas que no son veganos.

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El próximo desafío será incluir a los animales en la nueva Constitución, si es que se llegase a aprobar.

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Habrá discrepancias, pero cada activista sabe que estos seres sintientes nos necesitan, desesperadamente, para cambiar su dramática realidad.